Desde la página de la comisión de extensión de barrios tienen la siguiente propuesta de metodología asamblearia:
El objetivo será promover en todas las asambleas del movimiento un funcionamiento transparente, horizontal, y que permita a todas las personas participar en igualdad de condiciones. Para ello, uno de los objetivos centrales será evitar que surjan líderes o jefes que decidan por todos sin tenerles en cuenta, cómo los políticos, vamos. Si no nos gustan en las instituciones, menos aún tratando de aprovechar nuestro movimiento para su interés.
Estas son solo propuestas orientativas que cada asamblea debería debatir autónomamente. Muchos grupos utilizan estos métodos -y otros muchos- para funcionar y evitar que aparezcan jefes que asuman el control. No obstante, es obvio que para que funcione requiere de la implicación y el compromiso de todos.
Cargos rotativos. Que ningún grupo o persona acapare un puesto indefinidamente, porque esa es una forma de hacerse más poderosa que el resto, porque maneja la información, los contactos y muchas decisiones. Estos cargos podrían ser:
-Un/a moderador/a. Se encarga de recordar el tema que se esté tratando en el debate para no irnos por los cerros de Úbeda. También dará el toque de atención cuando una persona intervenga durante demasiado tiempo, lo haga constantemente, o se repita. Debería evitar las interrupciones. Otra función es gestionar el tiempo de asamblea para proponer, sin imponer cerrar el turno de palabra en un momento dado, cambiar de tema, o cerrar la asamblea a la hora acordada.
– Un/a secretari@. Toma acta con las decisiones finales consensuadas. Si alguien no está de acuerdo, que exprese sus argumentos para seguir debatiendo. Si no se llegara al acuerdo, se debería definir en cada asamblea el modo de actuar para romper el bloqueo -mayorías amplias cuando se opone una inmensa minoría que no convence al resto…
– Turnos de palabra. Otra persona debería tomar los turnos de palabra por orden de petición, y ayudar para que se respete el orden.
– Portavoces o delegad@s. Se encargan de servir de enlace con otras comisiones, y de llevar la voz de su asamblea a la Asamblea Popular de Madrid donde se reúnen l@s delegad@s del resto de barrios para llegar a acuerdos comunes, respetando siempre la decisión de su asamblea y no llevar la suya propia como si fuera de su asamblea. Es importante que sean vari@s, de 2 a 5 personas para que se apoyen y se tenga más seguridad de que lo que se dice en la Asamblea General es lo acordado en la de su barrio.
Paciencia y Respeto. Tod@s tenemos cosas muy interesantes que aportar, por tanto, para que nos escuchen debemos escuchar, de ese modo creceremos más y nos formaremos opiniones más claras. No tod@s nos expresamos en público con la misma seguridad y determinación, pero no por ello nuestras opiniones valen menos.
Dinámicas asamblearias. Existen gestos comúnmente utilizados para mostrar el acuerdo o desacuerdo sin interrumpir la asamblea -agitar las manos en el aire para mostrar acuerdo, y pulgares abajo o formar un aspa con los brazos para el desacuerdo; también rotar los brazos cuando alguien se repite o se enrolla demasiado-. Es conveniente hacer sondeos para saber el grado de acuerdo o no que genera una propuesta para que se apruebe. Las voces discordantes tienen más dificultad para expresarse frente a una gran mayoría por lo que es justo que pidamos que se expresen l@s que no estén de acuerdo o quieran matizar algo, antes de preguntar si todo el mundo está de acuerdo.
Tiempos de asamblea. Las asambleas deberían acordar no solo su hora de comienzo, sino la hora de fin, para evitar que l@s cuatro que más aguanten decidan por l@s que se han tenido que ir. 2 o 3 horas no está mal.
ESTRUCTURA PARA LA TOMA DE DECISIONES.
- Estructura de Sierra o de Sube-y-baja. Las asambleas son la voz de las personas que participan en ellas, por lo que las únicas decisiones válidas deben ser las que aprueben las asambleas de barrio, incluidas las propuestas de la Asamblea General de Madrid. Cada asamblea de barrio acuerda llevar a la General de Madrid unas propuestas, en la General se aprueban o no, y se devuelven a las de barrio para que ratifiquen el acta de la asamblea general, que no es más que una asamblea de portavoces sin poder de decisión -salvo quizás aspectos técnicos de poca importancia, y con el permiso de su asamblea-.
El proceso para que se apruebe definitivamente una reivindicación, acto o manifestación sería:
Asamblea de Barrio (o Municipio) PROPUESTAS > Asamblea Madrid (DECISIÓN COMÚN)> Asamblea de Barrio (o Municipio) RATIFICACIÓN > Asamblea Madrid (DECISIÓN DEFINITIVA)
Si solo unas pocas asambleas de barrio se oponen, se podría llegar a la aprobación por mayoría de 4 partes sobre 5. “Mejor un voto que un veto”, aunque solo como último recurso, siempre trataremos de llegar a un consenso.
En cualquier caso las asambleas son autónomas para decidir su futuro y tomar sus decisiones, claro está, sin hacerlo en nombre de todo el movimiento si el resto no está de acuerdo.
En resumen, se trata de crear una Federación de asambleas de barrio transparentes, de la gente corriente, en la que podamos garantizar que tengamos igualdad de participación